No todo es como parece

lunes, 1 de febrero de 2010

Pluralismo Jurídico= Cuantas caras tiene el derecho?


El Pluralismo jurídico es un tema que se ha debatido por mucho tiempo y del cual podemos sacar diferentes conclusiones. Aunque es muy difícil tomar un lado sobre el argumento ya que tantos autores tienen ideas opuestas sobre este tema y sustentan las mismas de manera valida, a continuación mediante dos ejemplos mostraré un lado del debate donde el pluralismo puede darse. Y esta tesis se basará en lo estipulado por Boaventura de Sousa Santos en su escrito “La Globalización del Derecho”. Primero, la definición básica de pluralismo jurídico es “la existencia de más de un sistema jurídico que opera en una misma unidad política” (Santos, pg. 24). Según Santos el derecho al igual que un sistema jurídico contiene diferentes elementos estructurales que lo hacen sostenible. Estos elementos son la burocracia la cual se refiere a la institucionalización, la retórica que representa el poder de persuasión y finalmente la violencia que se usa como medio para castigar aquellas personas que no cumplan con las normas estipuladas. Aunque para cualquier Estado reconocer que este se encuentra fragmentado y que no posee el control total del territorio no es fácil, es una realidad que hay que enfrentar y por más de que el positivismo trate de esconderlo día a día mas y mas ejemplos de pluralismo salen a la luz. Dos ejemplos importantes que muestran pluralismo son el documental La Sierra, el cual habla sobre las comunas de Medellín y como estas tienen el control en aquellos lugares donde habitan y como segundo ejemplo las favelas de Rio de Janeiro las cuales tiene una situación similar a las comunas de Medellín. Sin embargo, la pregunta que nace es ¿Cómo estos ejemplos de vandalismo y pandillas podrían mostrar el pluralismo jurídico? La respuesta es muy sencilla, estos son ejemplos de pluralismo jurídico ya que el Estado se fragmenta, es decir, se divide en diferentes instituciones independientes que no están de acuerdo con las normas estatales, debido a la falta de presencia en diferentes partes del territorio. Cuando en regiones especificas de un país, en este caso los barrios de Medellín y Rio de Janeiro, el Estado no se encuentra presente la gente tiende a crear sus propias normas y formas de gobernar ya que sienten que las políticas del gobierno no favorecen a sus ciudadanos. En La Sierra y las favelas de Rio, las pandillas tomaron control de aquellos barrios creando estructuras básicas de un sistema jurídico como autoridades competentes, en este caso los comandantes de cada pandilla, los cuales en caso de morir tenían sucesores que continuarían con los reglamentos ya determinados, tenían el monopolio de la fuerza ya que el Estado no solo fue una estructura ausente sino que una vez consciente del problema no tenía la capacidad ni control suficiente para ingresar a aquellos barrios y terminar con aquel sistema paralelo. La gente que allí vivía creía en los comandantes, es decir estos tenían la retorica para hacer que los habitantes entendieran y practicaran su sistema normativo. Toda persona fuera de estos sectores al ingresar a ellos sabían cómo debían comportarse y que las normas que debían cumplir eran las que regían en aquella zona mas no las que gobernaban el Estado como un todo. La única característica que faltaba era el reconocimiento ya que ni Colombia ni Brasil los reconocían como sistemas jurídicos independientes, sin embargo estos lo eran ya que poseen los tres elementos dados por Santos, burocracia representada por las divisiones de poder dentro de las pandillas, la retorica representada por la gente de los barrios que creían en ellos y los consideraban sus gobernantes y la violencia representada por el armamento y forma de castigo que aplicaban al ser incumplidas sus normas. Finalmente, se ve como el sistema jurídico c
colombiano y brasileño no es efectivo en aquellas zonas ya que los policías que son representantes de estos sistemas son corruptos y si ellos lo son ¿Cómo obligar a que las demás personas respeten lo que las autoridades no respetan?

Carolina Garzón Martínez

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